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7 FORMAS DE SUPERACIÓN PERSONAL Y TRANSFORMACIÓN «TÉCNICAS DE GESTIÓN DE VIDA»

7 FORMAS DE SUPERACIÓN PERSONAL Y TRANSFORMACIÓN «TÉCNICAS DE GESTIÓN DE VIDA»

Es posible que si llegaras a conocer hoy a Rebeca Gómez, a grueso modo no revelaría nada inusual. Ella es una mujer sencilla, hogareña, con su trabajo, familiares, amigos que le apoyan y  quieren, pero detrás esconde una gran historia de superación y transformación.

Conoció a su gran amor a los diecisiete años y hasta cumplido los cincuenta y tres, permanecieron siempre juntos para todo. El destino quiso ponerla a prueba, arrebatándole el pilar y soporte de toda su vida, perforándole hasta las entrañas el dolor, logrando un giro de 180º, así, de repente, fue su partida.

Hasta ese momento había depositado en él toda la responsabilidad, siendo siempre una mujer tímida, vergonzosa, incapaz de dar un paso sin el amor de su vida, perdió por impagos su hogar, sin trabajo y con dos niños pequeños, cayendo en un abismo total, en una depresión.

Hoy mira hacia detrás con nostalgia, recordando sus momentos juntos y un profundo agradecimiento por haber ido enderezando nuevamente su vida, volver a sonreír y tener esperanza.

La vida a veces nos somete a pruebas muy extremas, nos golpea con fuerza, de banda a banda del ring, dejándonos noqueados, pero es en el suelo de la tarima cuando tenemos que escoger, un camino u otro, permanecer acariciando cachete contra el piso o volver a hackearla , levantándonos e iniciándonos nuevamente.

Ella utilizó unas sencillas y poderosas técnicas, a la vez que recibía ayuda de los especialistas para combatir la depresión, ansiedad, falta de auto-estima, que además le sirvieron para sentir más energía, encontrar luz y paz interior, -cuando todo parece desmoronarse-, incluso transmutar el dolor de la pérdida en amor incondicional. 

Estas herramientas están aquí, accesibles para quien quiera utilizarlas:

La palabra “Felicidad” perdería sentido sin la tristeza 

                            Carl Gustav Jung

  1. Aceptar el duelo:

“Comprendí que mi vida iba a ser diferente, que su presencia y amor estaría presente en mí, para toda la vida, pero necesité un tiempo para dejarlo marchar y llorarlo” dijo Rebeca mientras se recuperaba.

Necesitó aceptar que forma parte del proceso, rendirse a lo incontrolable y natural del ciclo de la vida, abandonar la negación. Ahora permanece en sus recuerdos, algunas veces con nostalgia, pero le ayuda ver que en cada gesto o expresión de sus hijos, hay un pedacito del, que la energía que todo lo crea, sólo transformó su estado.

  1. Entregarnos a una nueva actividad:

La manera más rápida de recuperarnos del pasado y volver a caminar después de un gran golpe emocional, es buscar un nuevo aliciente, mantenernos ocupados en una nueva actividad.

Durante años quiso volver a pintar, le encantaba dibujar bocetos a carboncillo de rostros conocidos, -y no se le daba nada mal-, pero un día decidió guardarlos en una caja, olvidarse de ellos para dedicarse por entero a su familia. Ahora había desempolvado del baúl de los recuerdos, los viejos cuadernos y folios, pasaba horas inmersa redescubriendo su antiguo yo, esto la mantenía distraída y a la vez recuraba una nueva ilusión.

  1. Aprender de las lecciones:

“Me costó entenderlo, pero cuando analicé que nada había sido por casualidad, que todo tenía un sentido y propósito, hoy por hoy no hubiesen existido mis maravillosos hijos, no hubiera experimentado tantos momentos bonitos e incluso los malos, que también existieron,  me dejaron sabias lecciones, quizás fue toda una bendición”.

Siempre intentó enseñarle el desapego, porque el amor de verdad consiste en eso. “Mi mayor lección ha sido, dejar ir”.

  1. Controlar la ansiedad y el estrés:

“Me sirvió mucho para mi recuperación aprender a canalizar mejor la energía, a diario antes de irme a dormir, escuchaba con los auriculares música relajante en postura de loto, después de un tiempo volví a sentirme más conectada con todo lo que nos rodea” De nuevo sentía placer antes los rayos del sol, la acariciante brisa en las mejillas. Daba largas caminatas con sus hijos por el campo y a orillas de la playa, respirando con mejor fluidez, aportándole más paz, serenidad, “mi mente estaba más en calma”. Su vida volvía a cobrar un sentido.

  1. Practicar ejercicio:

“Cuando sucedió mi dolor apenas comía, me cuidaba, no tenía interés ninguno en sentirme bien, al contrario, machacaba mi cuerpo a modo de castigo” -Dijo Rebeca.

Descubrió un centro donde se realizaba yoga, un lugar de aportación gratuita, allí aprendió a controlar mejor las emociones, fortalecer y desbloquear la tensión que algunas veces le provocaba el miedo a lo desconocido, mejoró sus dolores de cabeza y comenzó a reconciliar sus noches de vigilia.

  1. Apoyo de familia y seres queridos:

Cuando no te encuentras bien y estás inmerso en tu problema, tiendes a querer alejar de ti a todos aquellos que te aprecian, pero es en esos momentos cando tienes que depositar confianza y dejarte apoyar. “Fue increíble el inmenso aliento que recibí de todos, incluso de personas que antes no nos llevábamos bien, puede llegar a sorprender la mano del quién recibes la ayuda, antes hubiese sido incuestionable, gracias a ellos hoy me siento más fuerte”. Consiguió un empleo que le ayudaría a solventar su economía, las relaciones nos ayudan a fortalecernos y recibir milagros cuando menos los esperas.

  1. Fortalecer la auto-confianza:

Los miedos y temores se incrementan en los momentos más difíciles, perdemos seguridad, eso nos desequilibra hasta creer que no somos capaces, viéndolo todo desde la más absoluta oscuridad. “Me sentí que no servía para nada, una inútil”… “A menudo cuando tenía que salir a la calle, el mero hecho de tener que enfrentarme a las cosas normales, como montar en autobús, ir al banco, recoger a mis hijos del colegio, me provocaban verdadero pavor”.

Buscó ayuda profesional y además dispuesta a no darse por vencida comenzó a reafirmarse, incluso cada vez que cometía un error aprendió a bloquear su sentimiento de culpa, volviendo a intentarlo. “Ya no me importaba el haberlo hecho bien o mal, para mí tenía más valor cada paso que iniciaba, porque me alejaba aún más de mis miedos, timidez, poco a poco la densidad de lo imprevisible tomaba menos fuerza”.

Los mantras pueden ser un buen anclaje como refuerzo, «hoy vuelvo a ser feliz» «confío en mí y en mis capacidades» «siento el proceso de la vida como un estado natural» «soy creador».

La transformación u evolución forma parte de cada ciclo

Según Rebeca -“entender los procesos, obtener un sentido y un propósito de vida, una actitud más positiva, rodearme de la gente a la que quiero, me hace sentirme más feliz, en paz conmigo misma y con todo lo que me rodea, saca de mí, a mi mejor versión, de alguna manera dejo de estar desconectada y siento que también estoy contribuyendo, entregando al mundo mi pequeña aportación”.

 

 

 

 OLIVIA ARMAS

 

 

 

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LA PERSPECTIVA LO ES TODO

LA PERSPECTIVA LO ES TODO

Nos sentimos en repercusión de aquellas historias que a diario nos contamos, la forma en cómo percibimos las circunstancias, el entorno, lo que vemos de los demás o la vida en general. Todo lo que nos rodea forma parte de aquel pensamiento o trama mental.

Es cierto que esos pensamientos pueden hacer cambiar el estado en el que nos encontramos, así que influyen realmente en nuestra visión del mundo, según esas historias pueden marcar la diferencia entre poder sentirnos mejor, más pletóricos, positivos o por el contrario, percibirlo como una negatividad constante.

En términos generales, se podría llegar a predecir, al comenzar la jornada, si vamos a tener un buen día o no ☺

Se dice que el ser humano tiene unos sesenta mil pensamientos diarios y que el noventa por ciento son repetitivos, aunque sea difícil de creer, aproximadamente el ochenta por ciento de estos son negativos. De ahí la importancia de prestar mucha atención a las historias que nos contamos sobre nosotros mismos, que influyen de manera directa en nuestros sentimientos o acciones, en la percepción de la realidad.

Cada uno de nosotros puede experimentar una experiencia determinada e interactuar en ella otros personajes, según la historia que individualmente lleguen a contarse, puede afectar de una manera o de otra, pero no deja de ser la misma experiencia.

La perspectiva lo es todo.

La complejidad o argumentos que emitimos suele interferir en las acciones, de alguna manera procedemos a razón de nuestros juicios, que aplastantemente los consideramos como únicas verdades.

 

El diálogo interno sobre nuestras vidas altera la conducta o manera de ser.

Según los neurocientíficos explican que el proceso de la memoria no es una caja donde se guardan todos los recuerdos, sino son circuitos neuronales que se refuerzan y asocian entre sí, cuando intentamos recuperar esos recuerdos se ven distorsionados a razón de diferentes contextos, como el tiempo, estado de ánimo o lugar, siendo estos difíciles de evaluar porque van en función de cada interpretación de los hechos.

Para comprender una mejor perspectiva de la realidad hay que entrenarse, auto-observarse de manera consciente, así que implica trabajar en ello.

 Por lo tanto si queremos establecer una vida más sana y emocionalmente feliz, tenemos que ver, analizar la calidad de nuestros pensamientos más cotidianos.

La construcción del ahora viene formulada por las circunstancias o experiencias pasadas, la evocación de momentos negativos que se repiten en la mente debilitan un mejor presente, aumentando mecanismos de miedo, lucha, desconfianza o huída.

“Todo es según el cristal con que se mira”

Ramón de Campoamor

La mente construye a través de esos recuerdos y al experimentar momentos de incertidumbre en la vida, se paraliza o intenta rellenar el vacío por medio de esa red de información pasada que le permite sentirse más cómoda, segura, aunque esta, la mayor parte de las veces no tenga sentido y sea sólo una construcción irreal, se trata de un conflicto cognitivo.

Lo peor de todo es que en mucho de los casos, si nos paramos en ese momento a reflexionar sobre ello, sabríamos que es incongruente, pero preferimos seguir admitiendo o adheridos a la viejas historias que nos contamos, a tener que aventurarnos a dar una nueva versión y aceptar el cambio por miedo a perder nuestra identidad. Hasta tal punto que en determinadas ocasiones llegamos a cambiar los hechos para mantenernos firmes en nuestras convicciones, ignorando u olvidando todo aquello que lo pone en entredicho.

 

“Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado; está fundado en nuestros pensamientos y está hecho de nuestros pensamientos”

Buda

“La perspectiva lo es todo”

 

Para poder construir un nuevo futuro tenemos que cambiar la perspectiva mental de nuestro presente, que vive enfocada siempre, en la repetición del pasado.

¡Por supuesto es más fácil exponerlo aquí ahora, que ponerlo en práctica!

Podemos intentarlo un día, pero al siguiente volveremos a seguir los viejos patrones de pensamientos, utilizando atajos rápidos y del mínimo esfuerzo.

Para ello requiere implicación, constancia, integración, disciplina, que para muchos de nosotros les sería más cómodo seguir con su vieja perspectiva, aunque esta le haga sentirse infeliz para toda su vida.

Las personas que tienen una perspectiva más amplia tienden a obtener una mayor capacidad al considerar cada experiencia o situación, observarla desde diferentes ángulos, expuestas a los distintos estímulos y reacciones, abordar ideas con respuestas más claras y creativas.

 

Pensar mejor requiere orientación y mucha práctica.

 

 

 

 

 

 

 

¿Tú qué opinas? SI te sientes inspirad@ te invito a que me dejes tu reflexión, quizás puedas aportar más a nuestra comunidad .

 OLIVIA ARMAS

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