Somos seres emocionales.
Esto nos ayuda a obtener la energía e impulso necesario. La emoción transita por el subconsciente y sirve para cargar datos de información a la red, permite que tengamos, por ejemplo, “motivación”.
Son el resultado de cómo experimentamos mental y físicamente, la interacción entre nuestro mundo exterior e interior.
Pero también actuamos a través del análisis y el raciocinio, a base de argumentos o evaluación, de esta manera tomamos decisiones más frías, de pensamiento crítico o materialista.
Debería existir una balanza entre ambas, a través del auto-conocimiento y auto-gestión o, sabiduría interna.
No permitas que los sentimientos negativos y emociones controlen tu mente. El dolor emocional no viene de otros, está desarrollado y concebido en nuestro interior.
Nuestras experiencias quedan almacenadas en el subconsciente; aquellos acontecimientos de impacto o repetición afloran en momentos que asocia como similares, tantos los buenos como los malos sirven de estímulo o alerta, según la situación.
La manera de expresarse la emoción es a través de comportamientos y expresiones, de sentimientos que son detectables en muchos casos, en nuestros rasgos faciales.
A medida que nos hacemos adultos, actuamos y proyectamos acorde a nuestra programación mental, adquirida por las experiencias, grabadas en el subconsciente.
Muchas veces determinan nuestra visión de las cosas y de las otras personas, ese conocimiento influye en la manera de relacionarnos, interactuar hacia nosotros mismos y con los demás.
La gente olvida lo que dijiste, también olvidará lo que hiciste, pero jamás olvidará cómo les hiciste sentir.
La emoción es la energía del ser, si no está en equilibrio, no permite reconocer la realidad y, construye realidades, a través de sus circunstancias pasadas.
Por ejemplo: al comenzar una nueva relación. Si tu pasado fue caótico, te fueron infiel, hubo encontronazos, te enamoraste y no fue correspondido-a, sufriste por ello y no lo has liberado; aún cuando crees que lo tienes todo bajo control, este influirá sobre tu presente actual.
Bajo la capa de aparente normalidad y entusiasmo, se esconde las etiquetas, juicios, desconfianza, entre muchas otras que influyen y determinan, el éxito de tu proyecto.
Aquellos pensamientos, recuerdos, emociones, son los que predominan y gobiernan tu realidad actual. Cuando el pasado genera una emoción, interviene un pensamiento e interpretación que dirige, a la emoción siguiente.
Recuerda: ⇓
Tus pensamientos no son tuyos, viven arraigados en tu cerebro hace millones de años, diseñado para enfocarse en la supervivencia y en lo que está mal.
Los gestos, mirada, cada sentimiento va unido a la emoción.
Son importantes porque dan la energía a nuestros anhelos, motivaciones, para resolver problemas, cumplir objetivos, crear o, en los negativos, como destruir, aniquilar…
Aprender a identificar nuestras emociones y detectar de dónde provienen.
Es importante para conocernos mejor. Reaccionar de forma más saludable, identificar nuestro estado de ánimo y armonizar hasta obtener el equilibrio interno.
Existen muchas emociones diferentes, incluso con sus contrapuestas y en combinación, que dan lugar a otras diferentes. Pero hay unas emociones denominadas primarias, que ya vienen pre-establecidas, universales, incorporadas en nuestro programa; como el miedo, tristeza, alegría, ira, amor, asco o envidia.
En nuestra sociedad actual se ha tomado como costumbre tapar nuestras emociones, parece ser un síntoma de debilidad y vulnerabilidad. Mostrar los sentimientos y más si son positivos, como el amor, felicidad, alegría, compasión, esperanza, agradecimiento, etc.., -nos expone-; reprimiéndolas o maquillándolas de diferentes maneras para no hacerlas visibles.
Los primeros siete años de vida son cruciales y determinantes para establecer patrones emocionales; en gran medida marca el antes y el después de nuestra confianza primaria con el mundo. A medida que vamos evolucionando, los golpes u encontronazos van marcando huella en nuestro proceso de modelación, olvidando quiénes somos realmente y volviéndonos más reaccionarios a los estímulos externos.
→ ¿Cómo determinamos la calidad de nuestra vida?
La manera y las formas en que experimentamos …
⇔ emocionalmente.
Los significados que asociamos a todo lo que nos rodea y nuestro patrón de emociones que dan respuesta, a la manera de reaccionar.
Así que percibimos e interpretamos el mundo a través de nuestras emociones y, aunque somos capaces de darles interpretaciones diferentes a un mismo problema, común para todos, es nuestra diferencia de respuesta, la que nos hace ser distintos, aunque nos una el mismo denominador.
Pero al percibir el mundo a través de nuestras emociones y nuestros sentidos, nos hace vivir condicionados y más, cuando ya viene preestablecido de generaciones atrás.
El enfoque puesto hacia afuera, en el mundo material o lo externo, así siempre percibimos que todo lo que nos sucede o como vulgarmente se suele decir, la paja en nuestro prójimo o la culpa en lo que nos rodea.
Si no estamos en armonía o existe un desequilibrio, puede llegarnos afectar en todos los ámbitos de nuestra vida. Pasamos de ser seres creativos a destructivos.
Piensa lo contagiosas que son las emociones y principalmente las denominadas, negativas.
Un ejemplo que me viene a la cabeza: cuando asistimos algún funeral, dentro de su solemnidad y seriedad, puede ocurrir varios procesos emocionales; uno en el que todo el mundo acaba llorando o en algún momento, puede que de manera extraña, todos acaben riéndose a carcajadas.
-¿Te resulta familiar?-
Cuando vivimos en una época que todo parece estar conectado, “la globalización”, el fácil acceso de toda clase de información, hace que aumente…
“El contagio emocional”
Ya lo hemos podido experimentar este último año con el Covid, por ejemplo, como ha influido en nosotros, todo lo que nos ha llegado por los medios, (fiables o no).
Esto puede ser bueno, pero si nos volvemos cómodos, receptivos sin experimentar e indagar por nosotros mismos las fuentes, si no permanecemos más “conscientes” , “despiertos”, puede ser caldo de cultivo para otros fines.
Trabajar en nuestro mundo interior debería ser prioritario y asignatura crucial en todas las escuelas.
Aprender a crear y reconocer nuestro mundo interno.
Conectar de manera coherente para que fluyamos de una forma más sabia y natural, coordinada. Lidiando mejor con nuestra exposición e implicación en el mundo; favoreciendo la interrelación con todo los que nos rodea.
Como pensamos acerca de nuestros valores y creencias. Construir estados emocionales más positivos, dotándolos de nuevos significados, sin olvidar quiénes somos y de dónde venimos. Permanecer más fieles a nosotros mismos, armonizando a través de nuestro trabajo interior.
Una forma saludable es reconocer y aceptar la naturaleza de nuestras emociones, como seres humanos que hemos ido evolucionando y adaptándonos como especie. Forman parte de esa unidad que no se puede descomponer, ni reprimir, pero sí entender y gestionar mejor, desde el “Yo”.
Para finalizar cito esta frase que me encanta de Daniel Goleman, espero que te inspire a reflexionar 😊 …
No permitas que el ruido de las opiniones ajenas silencie tu voz interior. Y, lo que es más importante, ten el coraje de hacer lo que te dicte tu corazón y tu intuición. De algún modo, ya sabes aquello en lo que realmente quieres convertirte.
→ OLIVIA ARMAS