“Ser o no ser” de William Shakespeare en su obra homónima –“Hamlet”–, cuya reflexión del personaje, entra en confrontación en una lucha interna sobre la existencia, entre la dicotomía de vivir o morir, el sentido de si continuar enfrentándose a la adversidad o renunciar a la vida misma. Momentos de reflexión e introspección en una crisis existencial (valores, ética, moralidad,…).
Es necesario un debatir interno, un momento de búsqueda o de cuestionamientos reflexivos donde el ser humano tropieza con su propio destello de luz, puntos fugaces que van desalojando capas sombrías, para vislumbrar a su yo más profundo, nítido, auténtico.
Igual que Shakespeare en la obra de Hamlet, que nos hace llegar lo más hondo de la naturaleza humana.
“To be, or not to be, esa es la cuestión”
Cada individuo pasa por momentos cruciales en los que según su proceso madurativo o evolución espiritual, va desarrollando lo que llamamos “el despertar”, despertar de aquello que antes estaba dormido, la ausencia de conciencia, bajo un estado de hipnosis o somnolencia, va recibiendo estímulos, información con disonancia interna, percibiendo como incorrecta o mal interpretada, en «la noche oscura del alma o gran crisis existencial». (Ver también: 7 Puntos de alerta de Crisis Existencial)
La búsqueda del ser por encontrar respuestas, dar sentido a lo que hace y sus comportamientos, a su manera de actuar, pensar, sentir, respuesta o significado a lo absurdo de su día a día, el ir y venir con la velocidad del tiempo, a los constantes cambios sociales, al pensamiento general y su adaptación al medio, al desajuste interno que le provoca obtener una imagen perfecta, esplendida, triunfadora, competitiva, al desatino de que a pesar de todo,… falta algo más.
El despertar o toma de conciencia Yo-Soy, es un tránsito arduo, complejo, explorativo interno, en muchas ocasiones doloroso, pero a la vez, es un camino fascinante, que al ir vislumbrando cada matiz, destello, es como ir apreciando el valor de una joya, puliéndola hasta dar con la forma original, «como el diamante».
-“Ser o no ser”-, es siempre SER YO-SOY= VIDA.
Despertar o conciencia interna es transgredir la capa más superficial y adentrarse en una exploración más profunda de nuestro ser, a la comprensión que va más allá de lo superfluo, es un camino o trayectoria que no va línea recta, que expandiéndose sin un límite o fin, un desarrollo constante.
Resuena cuando el ser humano quiere encontrar un equilibrio, paz, armonía y, durante el proceso del encuentro, tiene que ir deshaciéndose de antiguas creencias, etiquetas, formalismos, valores, reestructurando su programación mental. Dejando a un lado a los yoes ideales, arquetipos configurados por el transcurso de su vida y dejando poco a poco aflorar su yo más auténtico, creciendo internamente.
Es un viaje extraordinario, profundo y en ocasiones, la utilización de diferentes técnicas, herramientas o acompañamientos, pueden ayudar a desdibujar el velo de maya, a dar mayor maduración espiritual; prácticas como la meditación (Leer: Meditación), que incentivan y fortalecen la introspección, dan impulso para su desarrollo interno.
Las preguntas del ¿por qué, para qué, cuál es el propósito de mi vida, tiene sentido esto?,… planteamientos filosóficos que adentran en las partes más profundas de nuestra psique, en la división o dualidad.
“El yoga es doblegar lo externo a lo interno. Haga que el cuerpo y la mente expresen lo real que está en todo y más allá de todo”
A medida que vas penetrando en el profundo conocimiento de tu yo–superior experimentas que ya no eres un yo-separado sino integrado, que formas parte de algo mayor, conectado a la humanidad y a todo lo que te rodea, existe mayor coherencia interna, equilibrio, armonía. Desarrollas cualidades como la empatía, bondad, tolerancia, aceptación.
-«Soy-somos-universo»-
Aceptamos el proceso de la vida como experiencia o movimiento inteligente, crecimiento y aprendizaje. Ser desde la habitabilidad integral, vivir para algo más que para la simple auto-conservación biológica, narcisista,… experimentando la humanidad, tanto internamente como externo.
Yo soy sujeto consciente, no un objeto.
“Mientras un hombre se identifique o sea susceptible de identificarse, es esclavo de todo lo que puede sucederle. La libertad significa ante todo liberarse de la identificación»
Este Yo-Soy, sabe que ya es, no necesita más y con este conocimiento constituye su experiencia más directa, obvia, vive el presente, el ahora, con el previo de influir en la menor medida en pensamientos, juicios, etiquetas, un “yo superior” que es conciencia directa y no separada del mismo, como la mente así, intenta crear en separación, como va haciéndonos creer que no somos esta presencia lúcida, auténtica, distorsionada, fraccionando en diferentes yoes.
Yoes que perciben y sienten a razón de la realidad que experimentan como tal, yo idea, yo superficial, yo ideal de =Soy el personaje que quiero representar...que cree que no es suficiente, deficiente, incompleto, que necesita ser otro, para ser él y estar a la altura de,… (por ejemplo).
El proceso del despertar hacia un yo más lúcido, no sólo hace florecer, enriquecer a la persona, crea cambios significativos en su vida y todo su entorno, favorece a un bien común, creando un impacto positivo en la sociedad, modificando hábitos de conducta negativos y destructivos, ayudando a mejorar las conexiones personales (familia, trabajo, amistades,…), conectividad con la naturaleza y medio ambiente, creando más en positivo, respetando los ciclos, la diversidad, aceptando la responsabilidad que cada uno tiene como individuo.